REMOLQUE DE TRANVÍAS 212
Remolque de tranvías de Alicante 212
La red de los tranvías alicantinos fue explotada por varias compañías, a partir de 1893, con tracción animal y de vapor. Hasta 1924 no se logró materializar el viejo objetivo de electrificar las líneas, que vino de la mano de la empresa titular de las concesiones en aquellos momentos: Tranvías y Electricidad Sociedad Anónima (TESA), una filial del Banco de Vizcaya.
Para prestar servicio en la nueva red, TESA adquirió 18 coches motores a los que más tarde se añadirían tres nuevas unidades y que formarían en conjunto la serie amarilla 1-21 de carrocerías rectilíneas. Como complemento de este parque motor se empleaban antiguos coches heredados de la etapa de la tracción animal, que se encontraban en muy mal estado.
El remolque 201, primero de la serie 200, recién construido en los talleres de la Florida en los años cuarenta. Estos vehículos sustituyeron ventajosamente a los antiguos remolques de la etapa de la tracción animal y su diseño se inspiró en el de los coches motores amarillos con los que se preveía que circularan acoplados. Colección de César Mohedas.
En los años cuarenta, era tal la decrepitud de esos remolques ―y también la de los coches motores, a pesar de su relativa juventud― que TESA decidió reformar los tranvías 1-21 y crear una nueva serie remolques a juego, es decir, también de formas rectilíneas y color amarillo: la serie 200.
Se desguazaron los remolques antiguos para reutilizar aquellos materiales que pudieran ser de utilidad en las nuevas construcciones y, entre 1943 y 1946, salieron de los talleres de TESA en La Florida las 12 primeras unidades de la serie 200, a las que se añadirían otras dos posteriormente.
Remolque nº 207 (misma serie que el 212) en la línea 4 Alicante-Mutxamel.
El destino de estos remolques era inicialmente acompañar a los tranvías 1-21, que eran los más adecuado para los servicios interurbanos, ya que los otros coches motores de la compañía, los célebres azules, eran menos aptos para este cometido por los movimientos excesivos que se producían en ellos al circular a más velocidad por las líneas de San Vicente y Muchamiel.
Sin embargo, era frecuente que circulasen composiciones mixtas de coches y remolques de las series azul y amarilla. Cuando dejaron de circular, una parte de la dotación de remolques fue vendida para desempeñar una inesperada función: la de servir de soporte para anuncios publicitarios en las carreteras; no cabe duda que un tranvía emplazado en lo alto de un promontorio llamaba la atención de conductores y pasajeros y este fue el cometido de los últimos supervivientes de la serie; el resto fue desguazado.
Afortunadamente se han conservado algunos ejemplares, entre otros el 212, que en la actualidad se encuentra preservado en el local social de la AAAF. Cuando llegó a Torrellano (agosto de 1998) se encontraba muy deteriorado después de mucho tiempo de abandono a la intemperie en la Finca de las Perdices, en la carretera de Santa Pola y fue necesaria una intervención para que recuperase, en parte, su aspecto original.
Texto elaborado por José Antonio Gómez Martínez y revisado por José Vicente Coves y José Daniel Hernández.
Los tranvías de Alicante